Julia Pons Montoro es una escritora e ilustradora española experta en mitos, tradiciones e historias que se relacionan con el mundo feérico y los seres elementales, o sea los espiritus de la naturaleza que representan los cuatro elementos naturales. Hay una gran cantidad de leyendas en todo el mundo sobre este tema, con protagonistas hadas, elfos o duendes.
En esta entrevista Julia nos cuenta sobre cómo hizo de esta pasión su trabajo, y cómo podemos mejorar nuestra relación con la naturaleza y con el mundo que nos rodea.
Empezamos con la mas clasica de las preguntas: ¿como naciò esta pasion?
Desde niña sentí un llamado a lo espiritual en todas sus facetas, siempre sentí que hay mucho más de lo que nuestros sentidos físicos pueden percibir. En cuanto al folclore feérico, mi interés nació gracias a la literatura fantástica y los cuentos populares, tuve la suerte de tener acceso a muchos libros de esta temática y fui una gran lectora desde pequeña.
¿Alguna vez has tenido una prueba de la existencia de un mundo invisible?
Muchas, pero son experiencias muy íntimas e intransferibles a otra persona, por eso siempre animo a otros a no tener fe ciega sino a buscar sus propias experiencias y vivirlas de primera mano, sin depender de lo que les cuenten terceros, sean supuestos especialistas o libros. Cada persona necesita tener su propia autonomía espiritual. El que busca halla y al que llama le abren la puerta.
¿Hubo un tiempo en que lo sentiste distante, o en que dudaste de esta conexion?
Con quince años tuve mis dudas durante un corto período de tiempo, pues fue una época en que me sentía bastante nihilista y engullida por lo cotidiano, a causa de los mensajes y la presión que la sociedad ejerce sobre nosotros. Sin embargo, me negué a traicionar mi verdadero sentir, mi esencia y forma de ver el mundo.
¿Como tomaron tu inclinacion tus amigos de niña, y como lo viven tus amigos de hoy?
De niña jugaba con mis amigas a buscar hadas, creíamos en los mundos sutiles, en las señales, los seres mágicos y el poder de la imaginación. Hoy día tengo amigos que comparten esta forma de ver el mundo y otros que no, no supone un problema, todos nos enriquecemos de todos.
¿De qué manera la naturaleza nos habla, y en qué época es más facil establecer esta conexión especial?
Se puede establecer conexión con los reinos sutiles en cualquier momento y lugar. La naturaleza es el Libro de la Vida, su sabiduría es inagotable, basta con detenerse y observar. Desafortunadamente, en el mundo moderno nos enseñan a vivir corriendo, obsesionados con ser productivos y prácticos, con un enfoque hacia el materialismo y el consumismo, sin prestar atención a los pequeños milagros que suceden a nuestro alrededor. La vida urbana y moderna nos desconecta de los ciclos naturales, pero esa puerta está siempre abierta a quienes desean regresar a una vida más tranquila y mágica, y cada vez son más quienes buscar reconectar.
Aunque se puede conectar en cualquier momento, noviembre y diciembre, y el otoño en general, son meses que considero de un contacto más contundente, pues el velo que nos separa de los otros planos se vuelve aún más fino y los mundos se tocan entre sí.
Cuentanos de los libros que escribiste y donde colaboraste…
He publicado cuatro libros de mi saga “Memorias del Otro Lado“. Se trata de novelas en las que se narra cómo nuestro mundo formó parte de los Reinos mágicos pero, a causa de un cataclismo, se fragmentó y quedó separado. Una antigua profecía dice que nuestra dimensión volverá a reunificarse con las demás y este es el fondo de toda esta historia, protagonizada por diversos seres mágicos y una niña humana cuya misión es hermanar de nuevo a los humanos y los seres feéricos con un vínculo sagrado. También he publicado “Los Buenos Vecinos“, mi homenaje a las historias feéricas del folclore. Buenos Vecinos era un apodo cordial con el que se denominaba en el pasado a los seres mágicos que conviven con nosotros.
¿Te gustaría enseñar a los amigos de Kosmo Magazine un pequeño hábito tuyo que todos puedan seguir?
Reservar un momento en la semana -y quien pueda cada día, mejor que mejor- para estar en la naturaleza, olvidándose de las ocupaciones y problemas cotidianos, entrando en contacto con los elementos, el aire, el sol, el agua, la tierra… Respirando, descansando, estando presentes, escuchando nuestra voz interior. Descalzarse si es posible, meter los pies en el mar o en algún río, jugar como niños otra vez, hablar con la Divinidad, presente en todas las cosas, y con los espíritus del lugar, ya que nunca estamos solos. Somos hijos de la naturaleza, aunque a menudo lo olvidemos metidos en nuestros pequeños edificios. Y, por supuesto, prestar atención a nuestros sueños y ponerlos por escrito en un diario, pues son nuestra comunicación directa con nuestra alma y los reinos sutiles.
¿La naturaleza y el mundo feérico pueden ayudarnos en estos tiempos dificiles?
Muchísimo, de hecho, si el ser humano lograra reconectar con el medio, darse cuenta de que no somos los reyes del mundo, sino parte de un todo mucho mayor, entonces aprenderíamos a ser más respetuosos con todo lo que nos rodea y con otras personas y seres. Si de verdad fueramos conscientes y abriéramos nuestros corazones, dejaríamos de destruir y generar violencia.
¿Un sueño en el cajón?
Vivir cada día en conexión con nuestro Ser Superior, con nuestra Esencia, conectados con la Divinidad. Si así lo lográramos, transformaríamos el mundo y lo llenaríamos de Luz, pues cada ser humano es un fragmento de la Divinidad y tiene el poder de revelar parte de la Luz oculta en la Tierra, en este mundo que a veces nos parece caótico y perdido, pero que esconde grandes tesoros. Por eso vienen nuestras almas al mundo, aunque las distracciones nos lo hagan olvidar por el camino. Necesitamos recordar.
Entrevista de Giulia Cucciarelli
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